No sé ustedes pero yo amé la portada, la vi tan dulce, tan inocente, que me dieron ganas de leer la sinopsis:
Vivir al final de la calle 118 no es fácil. La madre de Valeria y Raven las abandonó hace años sin dar explicaciones y ambas han tenido que aprender a ganarse la vida. Mientras Valeria tiene un insignificante trabajo como modelo, su hermana patea la ciudad en busca de hombres a los que seducir para pagar el alquiler a cambio de sus servicios. Valeria pensaba que todo seguiría así para siempre… hasta que escucha la música de aquel chico al final de la calle, junto a su casa, y sus miradas se cruzan. Desde ese momento, una serie de curiosas coincidencias llevará a los personajes de esta novela a cambiar sus vidas como nunca se hubieran imaginado.
Quisiera gastarme toda esta entrada hablando de la maravillosa historia que creó la joven Clara Cortés, pero esa no es la idea de este blog, entonces les hablaré un poco de la estética de la portada para que así se animen a leer el libro (y en serio, deberían leerlo).
Primero, la toma de la fotografía nos da un plano del barrio donde vive Valeria y Raven, con el fondo desenfocado centramos nuestra atención en el personaje. La ley de tercios es aplicada para darle esta intención de ternura a la portada al estar ella casi escondida en una esquina con los brazos encogidos, y junto con los colores pasteles y los corazones que se salen de la ropa da un pequeño indicio de amor... (quizás)
¿Ley de tercios?
Sí, es otro tipo de retícula (como el de la entrada del post anterior), son similares, en este se logrará una sensación de equilibrio y profundidad, así el ojo irá directamente al punto de interés.
Para comprender mejor:
Gracias a la ley de tercios la portada
logra una armonía estética.
TIPOGRAFÍA:
No podemos olvidarnos de la tipografía, porque imagínense esa foto con un estilo de fuente sin cursiva y con otro color, veríamos la portada con otros ojos.
Imagina el logo de Disney con una tipografía del tipo rockero, o un libro que hable del minimalismo con una portada donde haya una fuente muy cargada, con serif y detalles adicionales en las letras, no tendría coherencia.
¿Ves? cuida la fuente que vayas a utilizar.
La tipografía no es solo para leer, la tipografía debe ser un deleite a la imaginación, debe ser el barco que nos trasporta a un mundo mágico de posibilidades del lenguaje que van más allá de la lectura.
¿COHERENCIA?
Volviendo a la historia, no sé si solo me habrá pasado a mí, pero cuando vi la portada sentí que la historia era muy cercana, íntima... Y sí, lo es demasiado. Por eso es tan hermosa.
El diseño de la portada logró captar la esencia de la calle 118.
Hasta la próxima, y recuerden:
A ver, a leer (Al final de la calle 118) y a juzgar.
La tipografía es muy importante para una historia, ayuda a la fluidez y continuidad, buena entreda.
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